En su reciente columna, Nazareth Black, CEO de Zacua, nos recuerda el 2020 como un año crítico para muchas empresas emergentes en la industria de la electromovilidad. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre y el riesgo, la compañía decidió acelerar el paso y, con una estrategia bien definida, lanzó su primer auto eléctrico mexicano al mercado en un momento de crisis global.
Zacua no solo se distingue como el primer vehículo eléctrico mexicano, sino que representa una apuesta firme por la sostenibilidad y la innovación en un sector en plena transformación. Hoy, con una visión más clara hacia un futuro de movilidad verde, Nazareth enfatiza la importancia de la electrificación no solo como una respuesta urgente ante el cambio climático, sino también como una oportunidad histórica para reconfigurar la industria automotriz a nivel global. El concepto de “coyuntura”, que ha sido clave para la compañía, es la apertura para que las empresas del sector tomen un papel protagonista en la transición hacia un mundo más sostenible.
Sin embargo, aunque la adopción de vehículos eléctricos está en crecimiento, la directora destaca que no todos los países avanzan al mismo ritmo. Factores como la infraestructura, la política pública, el acceso a tecnología y el respaldo económico influyen profundamente en esta disparidad. Además, la ejecutiva señala la relevancia de China en el impulso global de la electromovilidad, consolidándose como una potencia que marca el paso en la adopción de esta tecnología.
Factores esenciales
Nazareth destaca la importancia de la “voluntad política” en el desarrollo de la electromovilidad, subrayando el papel clave de las decisiones gubernamentales en este proceso. Los países que han implementado políticas proactivas, como incentivos fiscales, subsidios para la compra de vehículos eléctricos, restricciones para vehículos de combustión y metas claras de reducción de emisiones, están marcando el ritmo de esta transición.
Dichas políticas generan un entorno propicio en el que los vehículos eléctricos no solo resultan accesibles, sino también atractivos para el público. Donde se aplican estas medidas, la adopción de vehículos eléctricos crece a un ritmo acelerado, y la infraestructura de apoyo también se fortalece.
En este sentido, la directora comenta que, en grandes ciudades, la mayoría de las personas utilizan sus autos principalmente para desplazarse hacia el trabajo y de regreso, lo que significa que los vehículos permanecen estacionados cerca del 90% del tiempo. Este uso hace viable que los autos eléctricos puedan cargarse durante la noche, mientras sus propietarios duermen, aprovechando la energía disponible en esos momentos.
No obstante, reconoce que contar con una infraestructura de carga adecuada sigue siendo crucial para fomentar la adopción de la electromovilidad. Los países que han invertido en ampliar redes de carga rápida y en establecer puntos de carga públicos y privados han allanado el camino hacia la movilidad eléctrica, al ofrecer a los usuarios confianza y comodidad.
De esta manera, la producción de vehículos eléctricos exige una sólida base industrial y tecnológica, junto con una cadena de suministro especializada. Además de la infraestructura física, es importante contar con el talento humano y el conocimiento necesarios para ajustar los procesos a los nuevos requerimientos de la industria.
Mientras algunas naciones logran integrarse a esta transición de forma natural, otras enfrentan mayores retos para adaptarse. México, señala Nazareth, es un ejemplo de integración natural en esta transformación, demostrando su capacidad para responder a las demandas de la electromovilidad.
El rol destacado de China
El litio, el cobalto y el níquel son materiales cruciales para la fabricación de baterías, las cuales desempeñan un papel esencial en la producción de vehículos eléctricos. Tener acceso a estos recursos es una ventaja estratégica, pues los países que cuentan con reservas de estos minerales, o que tienen un acceso más directo a los mercados de abastecimiento, encuentran mayores facilidades para desarrollar su industria de electromovilidad.
En este sentido, la directora destaca, la posición dominante de China en la industria global de vehículos eléctricos, impulsada por una demanda interna robusta y políticas gubernamentales estratégicas que han promovido la inversión en infraestructura de carga, I+D y fabricación de baterías. El país asiático no solo abastece su mercado local, sino que también controla gran parte de la cadena de suministro de minerales críticos, consolidando su influencia en el sector al exportar vehículos eléctricos y componentes. En los últimos años, China ha vendido en promedio 25 millones de autos anuales, reflejando su liderazgo en el mercado automotriz global.
Para otros países, competir en este terreno es un desafío. Nazareth propone la “colaboración estratégica” como clave para construir alternativas regionales y diversificar la cadena de suministro, reduciendo la dependencia de un solo país. Resalta la necesidad de que todos los países trabajen en conjunto para superar los límites nacionales y afrontar los retos climáticos, considerando que una movilidad eléctrica sostenible y accesible solo es posible mediante cooperación, innovación compartida y compromiso global.
Finalmente, subraya que la electromovilidad ya no es una tendencia pasajera, sino una transformación esencial para el futuro de la movilidad y el medio ambiente, en la que todos los actores tienen un rol activo para hacerla realidad.
Con información de la Columna de Nazareth Black: La electrificación automotriz. Una oportunidad con desafíos globales. https://nazarethblack.com/la-electrificacion-automotriz-una-oportunidad-con-desafios-globales/